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Petite Mort
Descripción
La leyenda del cine snuff se inició en la década del ´70 gracias a una película norteamericana filmada en Argentina por un matrimonio de cineastas expertos en sexplotation (Michael y Roberta Findlay). El metraje obtenido inicialmente estaba condenado al fracaso, pero Alan Shackleton, un inescrupuloso pornógrafo neoyorkino, decidió agregar una escena final, llamar al film, precisamente, Snuff, y venderlo asegurando que contenía un asesinato real. Ya las cámaras de varios reporteros del mundo habían captado muertes reales, aunque de manera accidental y con un propósito documental. Pero el snuff implica producir la muerte, registrarla en celuloide y venderla. Por encargo, o para un comprador indeterminado. El escándalo generado por Shackleton con el paso del tiempo dio lugar al desengaño (el homicidio que se mostraba había sido burdamente trucado), pero la sospecha había quedado instalada en el imaginario popular: ¿existe un género cinematográfico cuyo único objetivo sea el de producir y registrar una muerte? ¿Existe un mercado, un consumidor, para tal aberración? El teléfono de Eduardo Silver, vendedor de pornografía clandestina, sonará p
Detalles
Editorial:
Del Nuevo Extremo
Autor:
Matias Bragagnolo